domingo, 18 de enero de 2015

Juegos de decorar

A Genis y a su novia los conozco de verlos un par de tardes que salimos con ellos. Y al tal Dani... pues sé que es un chico alto que tiene un peugeot 307 blanco, del que he visto bajar alguna vez a Oscar, pero no sé nada más de Juegos de decorar.

Después el catalán. Llevo mucho tiempo pasando todos los fines de semana en cataluña, y ya más o menos si me hablan en catalán contesto. Pero esto tiene dos inconvenientes. El primero, que si contesto cuando me hablan en catalán nadie se entera que me cuesta entenderlo y que mejor que me hablen en castellano. Y el segundo inconveniente, que es mucho peor, es que corro el riesgo que alguien me pregunte algo y lo entienda a medias, o conteste otra cosa, tipo: ¿como te llamas?, y yo contesto: si si, de zaragoza. xD me lo imagino... jaja, que yo tengo cierta tendencia a meter la pata.

Además de todos estos aspectos Juegos de decorar, no voy a poder beber una gota de alcohol como terapia de relajación que luego tengo que coger el coche. De verdad. Si no tuviera tanta curiosidad por conocer a sus amigos y a sus hermanos me quedaba en casita viendo "el penalti más largo del mundo" que ya lleva días Enlace.

Mis patos no llegaron a decir ni "cuac" Hace un par de veranos mi padre trajo a casa una parejita de patos recién nacidos más monooos, aunque ya digo que eran patos eh?? pero unos patos muy monos.
Después de las disputas familiares que se producen en estos casos para bautizar a los patitos, les pusimos el nombre de Macarrones y Wilson. El primero se llamó Macarrones porque el vecino de arriba estaba asomado al balcón y vio los patos en el jardín y se empeñó en ponerle a uno ese nombre. Y el otro se llamó Wilson porque yo acababa de ver la película de Naufrago.

Siempre iban juntos a todas partes. Cuando los dejabamos sueltos por el jardin Macarrones iba detrás de Wilson incansablemente, es que era el más tonto de los dos, sobre todo después de que mi hermana le pisara una pata (sin querer eh?) y se quedara cojo. Al principio eran tan pequeñitos que cabían entre la valla y una vez se colaron en la casa del vecino, que resulta que no estaba, y no veais la que tuvimos que montar para que los patos fugitivos regresaran...

Al principio les alimentabamos a base de pienso de ese que venden en las tiendas de animales. Pero cuando se nos gastó pues les empezamos a dar diferentes platos a ver qué les gustaba. La verdad es que les dábamos de todo lo que nos sobraba en el plato... Sus platos favoritos eran la paella y el tomate. Cuando comían tomate se manchaban todo el hocico de rojo y las plumas y parecían patos asesinos.
http://www.decoracion10.net/

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